Capturar la boda de María y Juan en el Hotel 10 fue una experiencia verdaderamente mágica. La noche en Medellín, iluminada por un manto de estrellas, se convirtió en el escenario perfecto para celebrar su amor. Desde el primer instante, el ambiente estaba lleno de alegría y emoción, reflejando la conexión especial que comparten. Cada rincón del hotel brillaba con elegancia, y ver a María en su vestido radiante fue un momento que quedará grabado en mi memoria. La forma en que Juan la miraba, lleno de admiración y amor, me recordó lo hermosa que puede ser la conexión entre dos personas que se eligen el día de su boda. Durante la ceremonia, cada palabra del “sí, acepto” resonaba con la promesa de un futuro lleno de aventuras y sueños compartidos. Los detalles de la decoración, las risas de los invitados y la música suave crearon un ambiente envolvente que hizo que cada fotografía contara una historia única. Al caer la noche, las luces de Medellín comenzaron a brillar como testigos silenciosos de su amor. Las tomas en la terraza del hotel capturaron no solo su felicidad, sino también la magia del momento.
