Lurlen y Miguel tuvieron una sesión de preboda que fue simplemente mágica. En una finca silletera llena de flores y girasoles, el amor de esta pareja se fusionó con el colorido de la naturaleza, creando un escenario de ensueño. Fue maravilloso capturar cada sonrisa, cada abrazo y cada mirada rodeados de tanta belleza, donde sus sentimientos florecieron al igual que los girasoles, irradiando luz y alegría.